Una larga cola para cumplimentar un formulario donde dábamos derecho a que nuestra imagen apareciera.
Una larga cola para entregarlo.
Una larga cola para subir por unas escaleras de dudosa estabilidad que llegaban a lo alto donde podía verse una especie de coliseo romano.
600 personas serian las que darían su voto para dos concursantes haciendo que el sueño de uno de ellos se hiciera realidad llevándose un montón de pasta.
Me colocaron en lo alto fuera del enfoque de las cámaras con una minifalda que llevaba y unos botines con tacón.
Apareció en el centro del escenario (llamado pastilla) un animador que entre bromas risas, canturreos y chistecillos casposos amenizaba mientras se preparaba el inicio de la grabación.
¿Quien quiere patatas fritas?
El público era obsequiado con agua, donettes, panteras rosas, bocadillos...y de pronto la magia se hizo realidad.
Mercedes Milá y Albert tomaron asiento y todo el público de pie con los brazos alzados al ritmo de la música que da pie a la cabecera del programa a modo de curia romana iniciaba la andadura del concurso.
Adiviné un submundo entre el publico.
Familias enteras que pasaban las tardes allí.
Para ellas todo eran ventajas.
-Mira niña-me dijo una señora que tenia a mi lado maquillada pantalón ajustado y unas botas estilo 3 mosqueteros que salvaguardaba las rodillas- aquí estamos calentitos, alimentaos, animaos y encima nos dan un dinerillo por asistir. ¿Donde vamos a estar mejor?
Yo me llamo Sole ¿y tú?
-Rosa María
-Pues mira niña que ya veras como te enganchas y vienes a otras grabaciones ja, ja, ja.
Aquellas palabras me asustaron un poco porque siempre he huido de todo lo que me cree dependencia.
Después me confesó que sabia de los amoríos al margen de la cámara que existían entre tal y pascual concursante, lo que se traducía que había dos programas en uno...
No salía de mi asombro...parecía un gran hermano o una novela romántica entre parejas despechadas celos y rivalidades al ritmo de los euros que iban ganando.
El programa se sucedía y entre pregunta y pregunta cuando la concursante fue eliminada por el rival, mi instructiva compañera Sole saltó con un:
-¡Ya lo sabia! ¡Ella está enamorada de el y al eliminarla mira como llora se lo ha tomado como algo personal! ¡¡Será cerdaco!!
El programa acabó y 600 personas tenían que ponerse de acuerdo para ir al lavabo.
Pensé en las cantidad de litros de orina que circularían por aquellas cañerías.
No respetaron las colas y los de abajo se mezclaron con los de arriba, se atropellaron en las colas entre más patatas fritas repartidas y más aguas de una marca que no pagaba por hacer publicidad al programa los minutos corrían.
De nuevo a subir por aquella enclenque escalera que detrás del boato de lo bonito del plató aparecía lo más cutre que en mi vida he visto.
Se iniciara la grabación del siguiente programa.
Después le siguió otro y a pesar de mis piernas entumecidas, puesta de pie 45 minutos por 3 programas que hacen la friolera de 135 minutos con mi molestosa minifalda y los tacones incomodísimos en lo alto del todo de aquel coliseo, entre estirones de mi menda que pudorosa se obstinaba por que no se me vieran las bragas desde abajo las horas se fueron pasando hasta que concluyó.
Cola para salir por las escaleras hasta la calle donde el frescor de la noche a las 10 me llevó a otra cola donde un cuadradito de papel de color amarillo se transformaría al cabo de otra hora en 12 euros a modo de salario por figurar.
Una señorita se acercó justo cuando cobre mi dinerillo y con una sonrisa de oreja a oreja me preguntó:
-¿Vendrás mañana de
¿Que creéis que contesté?
uuYY!!!! perdona pero me viene fatal!!!! lo siento , pero tengo una cita previa......hahahahah
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