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miércoles, 25 de abril de 2012

AMARGA HERIDA REZUMA

Amarga herida rezuma
años ahora tan lejos
escondidos entre bruma
de el sentir de mis lamentos

¿Dónde va tanto dolor?
¿Dónde almaceno amargura
cuando en los rincones llenos
no distingo mi cordura

... Amarga herida rezuma
hiel del reproche largo
gotas de angustia partida
vertiendo en mi alma a tragos

¿Dónde va tanto dolor?
Dónde esconderé mi vida
esa vida que se fue
con tu triste despedida

Manando está en mi sufrir
hoy el alma losa fría
donde el calor de antaño
luz en mis ojos ardía

¿Dónde va tanto dolor?
¿Dónde?
Cuando no olvida

Rosa María Gómez
miércoles 25 abril 2012
Hora: 19:03
DEDICADA  a tí...
Bottom of Form 1

jueves, 19 de abril de 2012

GÓTICOS EN EL BARRIO GÓTICO 8(concurso TMB)

GOTICOS EN EL BARRIO GÓTICO

por libertad - 29/03/2012

La chica se llamaba Elvira y vestida de gótica paseaba con su amigo Víctor por el también pintoresco barrio Gótic de Barcelona.

Se podría decir que no desentonaban.

Ropas negras, caras blancas, cabello oscuro y ese aspecto tenebroso que tanto les gustaba.
Miraban hacia arriba las hermosas gárgolas de la catedral. Realmente estaban disfrutando del agradable paseo primaveral que les ofrecía aquella mañana. Venían de Colom y habían pasado por el mercado de la Boquería. Allí Víctor había comprado un zumo de frutas naturales que ahora apuraba y Elvi (cariñosamente le llamaban así sus "coleguitas") al pasar por las Ramblas se había parado en un xiringuito.
Compró una pizza de la variedad Mediterráni y ahora la estaba devorando como si no hubiera mañana. La pizza repleta de pimientos, tomates y anchoas tenía abundante salsa de tomate que amenazaba por desbordase.
Y así fue.
El chico se reía al ver como caía un gran chorro de salsa a la camiseta negra y la cara de la cantante de "Evanescence", Amy Lee, quedaba graciosamente manchada. Ella divertida lo empujaba y éste daba un traspié mientras con un papel presta Elvi, le limpiaba la cara a su diva.

Una turista albina se les acercó y con un forzado español preguntó por el Eixample.

Amablemente Víctor le indicó y dando las gracias la extranjera se marchó al tiempo que un nuevo turista se acercó a él preguntando.
Era muy alto y estaba provisto de dos cámaras de fotos. Parecía nórdico y sin duda el sol le había dado de lleno. El pantalón corto mostraba unas piernas rojas como salmonetes y protegido con un sombrero blanco y gafas tipo mosca de la tele preguntaba en un cocktail de idiomas entre catalán, español e ingles. Pudieron entender “ teleféric, ir Tibidabo”.

Divertida Elvi comenzó a indicarles cuando de repente dos mujeres mayores también se abalanzaron sobre ellos preguntando por el museu de cera.

Los jóvenes se miraban divertidos. Ja, ja, ja, ¿Qué estaba pasando aquella mañana? Todo el mundo “preguntón” y ellos los guías turísticos.

Víctor les indicó el camino mas corto.
Por fin entre risas y bromas retomaron su paseo cuando de repente Elvi se paró en seco, abrió los ojos de par en par y dijo:
-¡¡No!!

Ahora Víctor se “destornillaba” de risa. Habían aparecido un grupo, cien turistas chinos que abordaban a su amiga, le daban una cámara de fotos al tiempo que le decían:
-¿Tú, hacel foto todos nosotlos? ¿Ok?

Los jóvenes estallaron en risas. Una calle estrecha...y querían aparecer todos juntos.
Todos sonreían se apretaban y Elvi divertida se ponía de mil maneras y mil ángulos para recoger e inmortalizar aquel nutrido grupo de orientales.

Sin duda aquella mañana estaba siendo muy divertida.

- Juntaros todos y decir: ¡Patata!
-¡¡No!!

Ahora Víctor se “destornillaba” de risa. Habían aparecido un grupo, cien turistas chinos que abordaban a su amiga, le daban una cámara de fotos al tiempo que le decían:
-¿Tú, hacel foto todos nosotlos? ¿Ok?

Los jóvenes estallaron en risas. Una calle estrecha...y querían aparecer todos juntos.
Todos sonreían se apretaban y Elvi divertida se ponía de mil maneras y mil ángulos para recoger e inmortalizar aquel nutrido grupo de orientales.

Sin duda aquella mañana estaba siendo muy divertida.


- Juntaros todos y decir: ¡Patata!

finalista en en el concurso de relatos cortos de TMB LA MANCHA

http://relatscurts.tmb.cat/ca/relat/lliure/77

LA MANCHA

per libertad - 28/03/2012

Aquella mañana fría, entré en el vagón.

El calor corporal de todos, hizo que pronto dejara de temblar pero había algo distinto al resto de los días.

Observé que en el fondo un círculo de gente estaba mirando hacia el suelo. No apartaban los ojos de él; Cabezas inclinadas en silencio, fijas en aquel punto sin apartarlas.

Con el traqueteo del vagón mi curiosidad me guiaba a ellos, dispuesto a descubrir que había allí.

Avancé desde el otro extremo hasta aquel sitio dispuesto a quitarme el interrogante, pero alguien tocó mi brazo frenando mi camino hacia allí.

Unos ojos asustados me avisaban.


-¡¡No vayas!!

Era una mujer mayor; estaba aterrorizada.

-¡No sigas! ¡No vayas!

-¿No? ¿Por qué?

-Veo cosas... mi abuela me llamaba "VISIONARIA" y desde el momento que entré he notado esa mancha...

-¿Que mancha?

-.....

Ahora nada podría detenerme.
Lleno de interrogantes seguí avanzando.
Llegué al círculo de gente mientras la mujer apartando la mirada seguía hablándome tratando de detenerme pero ya su aviso no servía de nada.

-¡La del suelo! ¡El suelo del vagón!...es una puerta... otra dimensión, ¡no mires!

Aquella mujer me asustaba, eran sus ojos que ahora me gritaban sinceros, sin embargo mi deseo de saber podía más que sus advertencias y mis pies seguían imparables hacia el grupo...

Por fin llegué y sin remedio mis ojos al igual que el resto quedaron atrapados en aquella mancha negra... no podía apartarlos, parecía un túnel tridimensional, la mancha me llamaba, era profunda, de paredes brillantes, mojadas, mórbidas...

Escuchaba un eco extraño, un sonido que me erizaba el vello, eran gritos desgarradores mezclado con ruidos metálicos que parecían escaparse del mismo infierno.

-¡Ayúdame!

Nos miramos asombrados porque todos lo habíamos escuchado a la vez. No eran ilusiones. Aquel clamor había salido del suelo.

-¡¡Ayúdame, sácame de aquí!!

Temerosos los pies comenzaron a retirarse hacia atrás. El temor estaba reflejado en las pupilas de los viajeros que se encontraban en aquel círculo. Nadie se atrevía a acercarse. Algo tiraba de ellos hacia la mancha... no podían frenar los pies y otra vez se colocaban en el borde asustados y al tiempo atraídos, extrañamente embrujados.

Aquella extraña y absurda profundidad.

No había fondo.

No se distinguía final.

Solo una caverna oscura, negra.

Por fin alguien se agachó para poner el oído e intentar escuchar algo más de aquella profunda mancha.
Un hueco largo se perdía donde los ojos miraban sin llegar a encontrar.
Aquel hombre cano, de unos 60 años, se inclinó poco a poco y al agacharse puso el oído.

No se escuchaba nada.

Todos observaban intrigados como el silencio se alargaba sin que volvieran las voces.
Se Miraban unos a otros esperando que aquel hombre diera noticias...

De repente una lengua oscura y extraña surgió de la mancha. Del tamaño de un cuerpo humano enredó la cabeza del hombre. Haciendo fuerza comenzó a tirar de el, mientras este luchaba tratando de escapar.

Manos de viajeros tiraban de él intentando ayudarlo, pero la abstracta forma seguía arrastrando al hombre hacia el interior de la mancha del suelo.

Lucha de minutos intensos, choques de energías donde pronto comenzaron a debilitarse las fuerzas del hombre.

Aquel ente sobrenatural comenzó a arrastrarlo hasta el fondo de aquella oscuridad del suelo.

Un averno sin final donde un alarido dejo en el aire a los pasajeros aterrorizados.
Testigos silenciosos que ahora mudos sin moverse seguían abstraídos por aquella extraña visión.

La voz anunciaba la siguiente parada.
Se escuchaba con toda claridad la voz grabada de la señorita que nombraba la siguiente estación mientras a duras penas los que hacían aquel trayecto... reaccionaban
-¡¡No vayas!!

Era una mujer mayor; estaba aterrorizada.

-¡No sigas! ¡No vayas!

-¿No? ¿Por qué?

-Veo cosas... mi abuela me llamaba "VISIONARIA" y desde el momento que entré he notado esa mancha...

-¿Que mancha?

-.....

Ahora nada podría detenerme.
Lleno de interrogantes seguí avanzando.
Llegué al círculo de gente mientras la mujer apartando la mirada seguía hablándome tratando de detenerme pero ya su aviso no servía de nada.

-¡La del suelo! ¡El suelo del vagón!...es una puerta... otra dimensión, ¡no mires!

Aquella mujer me asustaba, eran sus ojos que ahora me gritaban sinceros, sin embargo mi deseo de saber podía más que sus advertencias y mis pies seguían imparables hacia el grupo...

Por fin llegué y sin remedio mis ojos al igual que el resto quedaron atrapados en aquella mancha negra... no podía apartarlos, parecía un túnel tridimensional, la mancha me llamaba, era profunda, de paredes brillantes, mojadas, mórbidas...

Escuchaba un eco extraño, un sonido que me erizaba el vello, eran gritos desgarradores mezclado con ruidos metálicos que parecían escaparse del mismo infierno.

-¡Ayúdame!

Nos miramos asombrados porque todos lo habíamos escuchado a la vez. No eran ilusiones. Aquel clamor había salido del suelo.

-¡¡Ayúdame, sácame de aquí!!

Temerosos los pies comenzaron a retirarse hacia atrás. El temor estaba reflejado en las pupilas de los viajeros que se encontraban en aquel círculo. Nadie se atrevía a acercarse. Algo tiraba de ellos hacia la mancha... no podían frenar los pies y otra vez se colocaban en el borde asustados y al tiempo atraídos, extrañamente embrujados.

Aquella extraña y absurda profundidad.

No había fondo.

No se distinguía final.

Solo una caverna oscura, negra.

Por fin alguien se agachó para poner el oído e intentar escuchar algo más de aquella profunda mancha.
Un hueco largo se perdía donde los ojos miraban sin llegar a encontrar.
Aquel hombre cano, de unos 60 años, se inclinó poco a poco y al agacharse puso el oído.

No se escuchaba nada.

Todos observaban intrigados como el silencio se alargaba sin que volvieran las voces.
Se Miraban unos a otros esperando que aquel hombre diera noticias...

De repente una lengua oscura y extraña surgió de la mancha. Del tamaño de un cuerpo humano enredó la cabeza del hombre. Haciendo fuerza comenzó a tirar de el, mientras este luchaba tratando de escapar.

Manos de viajeros tiraban de él intentando ayudarlo, pero la abstracta forma seguía arrastrando al hombre hacia el interior de la mancha del suelo.

Lucha de minutos intensos, choques de energías donde pronto comenzaron a debilitarse las fuerzas del hombre.

Aquel ente sobrenatural comenzó a arrastrarlo hasta el fondo de aquella oscuridad del suelo.

Un averno sin final donde un alarido dejo en el aire a los pasajeros aterrorizados.
Testigos silenciosos que ahora mudos sin moverse seguían abstraídos por aquella extraña visión.

La voz anunciaba la siguiente parada.
Se escuchaba con toda claridad la voz grabada de la señorita que nombraba la siguiente estación mientras a duras penas los que hacían aquel trayecto... reaccionaban.

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