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jueves, 19 de abril de 2012

finalista en en el concurso de relatos cortos de TMB LA MANCHA

http://relatscurts.tmb.cat/ca/relat/lliure/77

LA MANCHA

per libertad - 28/03/2012

Aquella mañana fría, entré en el vagón.

El calor corporal de todos, hizo que pronto dejara de temblar pero había algo distinto al resto de los días.

Observé que en el fondo un círculo de gente estaba mirando hacia el suelo. No apartaban los ojos de él; Cabezas inclinadas en silencio, fijas en aquel punto sin apartarlas.

Con el traqueteo del vagón mi curiosidad me guiaba a ellos, dispuesto a descubrir que había allí.

Avancé desde el otro extremo hasta aquel sitio dispuesto a quitarme el interrogante, pero alguien tocó mi brazo frenando mi camino hacia allí.

Unos ojos asustados me avisaban.


-¡¡No vayas!!

Era una mujer mayor; estaba aterrorizada.

-¡No sigas! ¡No vayas!

-¿No? ¿Por qué?

-Veo cosas... mi abuela me llamaba "VISIONARIA" y desde el momento que entré he notado esa mancha...

-¿Que mancha?

-.....

Ahora nada podría detenerme.
Lleno de interrogantes seguí avanzando.
Llegué al círculo de gente mientras la mujer apartando la mirada seguía hablándome tratando de detenerme pero ya su aviso no servía de nada.

-¡La del suelo! ¡El suelo del vagón!...es una puerta... otra dimensión, ¡no mires!

Aquella mujer me asustaba, eran sus ojos que ahora me gritaban sinceros, sin embargo mi deseo de saber podía más que sus advertencias y mis pies seguían imparables hacia el grupo...

Por fin llegué y sin remedio mis ojos al igual que el resto quedaron atrapados en aquella mancha negra... no podía apartarlos, parecía un túnel tridimensional, la mancha me llamaba, era profunda, de paredes brillantes, mojadas, mórbidas...

Escuchaba un eco extraño, un sonido que me erizaba el vello, eran gritos desgarradores mezclado con ruidos metálicos que parecían escaparse del mismo infierno.

-¡Ayúdame!

Nos miramos asombrados porque todos lo habíamos escuchado a la vez. No eran ilusiones. Aquel clamor había salido del suelo.

-¡¡Ayúdame, sácame de aquí!!

Temerosos los pies comenzaron a retirarse hacia atrás. El temor estaba reflejado en las pupilas de los viajeros que se encontraban en aquel círculo. Nadie se atrevía a acercarse. Algo tiraba de ellos hacia la mancha... no podían frenar los pies y otra vez se colocaban en el borde asustados y al tiempo atraídos, extrañamente embrujados.

Aquella extraña y absurda profundidad.

No había fondo.

No se distinguía final.

Solo una caverna oscura, negra.

Por fin alguien se agachó para poner el oído e intentar escuchar algo más de aquella profunda mancha.
Un hueco largo se perdía donde los ojos miraban sin llegar a encontrar.
Aquel hombre cano, de unos 60 años, se inclinó poco a poco y al agacharse puso el oído.

No se escuchaba nada.

Todos observaban intrigados como el silencio se alargaba sin que volvieran las voces.
Se Miraban unos a otros esperando que aquel hombre diera noticias...

De repente una lengua oscura y extraña surgió de la mancha. Del tamaño de un cuerpo humano enredó la cabeza del hombre. Haciendo fuerza comenzó a tirar de el, mientras este luchaba tratando de escapar.

Manos de viajeros tiraban de él intentando ayudarlo, pero la abstracta forma seguía arrastrando al hombre hacia el interior de la mancha del suelo.

Lucha de minutos intensos, choques de energías donde pronto comenzaron a debilitarse las fuerzas del hombre.

Aquel ente sobrenatural comenzó a arrastrarlo hasta el fondo de aquella oscuridad del suelo.

Un averno sin final donde un alarido dejo en el aire a los pasajeros aterrorizados.
Testigos silenciosos que ahora mudos sin moverse seguían abstraídos por aquella extraña visión.

La voz anunciaba la siguiente parada.
Se escuchaba con toda claridad la voz grabada de la señorita que nombraba la siguiente estación mientras a duras penas los que hacían aquel trayecto... reaccionaban
-¡¡No vayas!!

Era una mujer mayor; estaba aterrorizada.

-¡No sigas! ¡No vayas!

-¿No? ¿Por qué?

-Veo cosas... mi abuela me llamaba "VISIONARIA" y desde el momento que entré he notado esa mancha...

-¿Que mancha?

-.....

Ahora nada podría detenerme.
Lleno de interrogantes seguí avanzando.
Llegué al círculo de gente mientras la mujer apartando la mirada seguía hablándome tratando de detenerme pero ya su aviso no servía de nada.

-¡La del suelo! ¡El suelo del vagón!...es una puerta... otra dimensión, ¡no mires!

Aquella mujer me asustaba, eran sus ojos que ahora me gritaban sinceros, sin embargo mi deseo de saber podía más que sus advertencias y mis pies seguían imparables hacia el grupo...

Por fin llegué y sin remedio mis ojos al igual que el resto quedaron atrapados en aquella mancha negra... no podía apartarlos, parecía un túnel tridimensional, la mancha me llamaba, era profunda, de paredes brillantes, mojadas, mórbidas...

Escuchaba un eco extraño, un sonido que me erizaba el vello, eran gritos desgarradores mezclado con ruidos metálicos que parecían escaparse del mismo infierno.

-¡Ayúdame!

Nos miramos asombrados porque todos lo habíamos escuchado a la vez. No eran ilusiones. Aquel clamor había salido del suelo.

-¡¡Ayúdame, sácame de aquí!!

Temerosos los pies comenzaron a retirarse hacia atrás. El temor estaba reflejado en las pupilas de los viajeros que se encontraban en aquel círculo. Nadie se atrevía a acercarse. Algo tiraba de ellos hacia la mancha... no podían frenar los pies y otra vez se colocaban en el borde asustados y al tiempo atraídos, extrañamente embrujados.

Aquella extraña y absurda profundidad.

No había fondo.

No se distinguía final.

Solo una caverna oscura, negra.

Por fin alguien se agachó para poner el oído e intentar escuchar algo más de aquella profunda mancha.
Un hueco largo se perdía donde los ojos miraban sin llegar a encontrar.
Aquel hombre cano, de unos 60 años, se inclinó poco a poco y al agacharse puso el oído.

No se escuchaba nada.

Todos observaban intrigados como el silencio se alargaba sin que volvieran las voces.
Se Miraban unos a otros esperando que aquel hombre diera noticias...

De repente una lengua oscura y extraña surgió de la mancha. Del tamaño de un cuerpo humano enredó la cabeza del hombre. Haciendo fuerza comenzó a tirar de el, mientras este luchaba tratando de escapar.

Manos de viajeros tiraban de él intentando ayudarlo, pero la abstracta forma seguía arrastrando al hombre hacia el interior de la mancha del suelo.

Lucha de minutos intensos, choques de energías donde pronto comenzaron a debilitarse las fuerzas del hombre.

Aquel ente sobrenatural comenzó a arrastrarlo hasta el fondo de aquella oscuridad del suelo.

Un averno sin final donde un alarido dejo en el aire a los pasajeros aterrorizados.
Testigos silenciosos que ahora mudos sin moverse seguían abstraídos por aquella extraña visión.

La voz anunciaba la siguiente parada.
Se escuchaba con toda claridad la voz grabada de la señorita que nombraba la siguiente estación mientras a duras penas los que hacían aquel trayecto... reaccionaban.

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