SER FELIZ CON UN BOTIJO
Hubo una vez un millonario que se obstinó en buscar la
camisa del hombre más feliz.
Recorrió el mundo entero dispuesto a darle una fortuna a
dicho hombre.
Miró en mil lugares, pero en todos y a todos los que
preguntaba:
¿Eres realmente feliz?
Por respuesta recibía:
Sí, pero no del todo porque…
Entonces exponía el motivo por el que no lo eran enteramente…
Así recorrió el mundo sin encontrarlo.
Quiso el azar que en un pueblo pesquero del mediterráneo, el
calor y el sudor lo pararan en su camino y sentara a contemplar el ancho mar.
Un pescador muy humilde recogía su barca y bebía agua de un
botijo algo roto.
El millonario lo llamó y le pidió agua.
El pescador, hombre afable, con una sonrisa de oreja a oreja,
le ofreció el botijo y le dijo:
-Beba cuanto quiera.
El millonario agradecido bebió.
Luego le preguntó:
-¿Es usted enteramente feliz?
-Si.
-Pero... ¿del todo?
-Si.
-¿Cómo puede ser? Siempre hay algo que entorpece nuestra
felicidad.
En mi caso no. Murió mi padre, mi madre, mi hermano; un
tifón se llevó mi casa. Mi mujer se marchó con otro. El perro murió. No tengo
dinero, pero tengo algo mucho más grande que todo eso.
La vida. Mi vida.
Un regalo valioso que recibí el día que nací. He tenido mil
aventuras, he visto amaneceres con tonalidades increíbles, lunas en distintas fases, sol y lluvia jugando con el arco iris, he visto crecer flores de mil colores aspirando su perfume y he sentido el viento como mecia los trigales verdes madurando despacio.
Mil sensaciones, mil colores, mil olores.
He visto mi querido mar, a veces turquesa, otras verde o azul profundo que jugando con
el cielo en caprichosas mezclas me hacian sentir tal placidez...
Cada día me levanto con la ilusión de pescar un pez para
comer y cómo ves…
Ja, ja, ja, tengo un botijo para beber agua, que sale fresca
y cristalina al terminar de pescar.
La vida amigo mío, es
todo aquello que quieras hacer con ella.
Yo he decidido hace mucho tiempo, tras tantos infortunios hacer con mi vida algo bien sencillo.
Ser feliz. El tiempo que tenga mi precioso regalo.
Mi vida.
-¡¡Eres tu el que busco!! Rápido dame tu camisa.
-Lo siento… no tengo…
Rosa María Gómez Vico.
(Adaptación mia del cuento “la camisa del hombre feliz”)
16- Julio-2014
(Reservado derecho de autor)